jueves, 3 de enero de 2008

Las historias de sacrficio y devoción tras la fiesta religiosa


Humberto Mondaca es un personaje reconocido en Andacollo, sobre todo por el gran esfuerzo que hace desde hace 27 años, al cargar a la virgen para trasladarla desde el templo chico a la basílica el primer día de fiesta y después lo contrario, en octubre y diciembre.

Su historia al lado de la virgen comenzó cuando a su hijo le diagnosticaron epilepsia. Ya tiene 30 años, y dice que la salud de la que goza hoy día se debe al favor que le hizo la chinita.

Su preparación, asegura, dura todo el año y a toda hora. Además su vida en completo se la encomienda a la patrona andacollina, puesto que el trabajo minero es bastante arriesgado.

Para Mondaca no existe agotamiento ni dolores físicos que le impidan pagar esta manda todos los años. Todo lo que hace es por la Virgen del Rosario, y asegura que lo hará mientras la salud se lo permita.

Humberto Mondaca es sólo un ejemplo de lo que esa dispuesto a hacer un fiel durante la fiesta. Es un rostro más de los tantos que tienen una historia de entrega y devoción.

Juan Robles es el primer jefe del grupo de turbantes número uno de La Serena. Según comenta, este conjunto fue fundado en 1752, en las cercanías de Vicuña por unos Arzobispos. Esta data les da el orgullo de ser el segundo baile religioso más antiguo de Andacollo. Hoy día lo conforman 50 personas y sus días de mayor participación son el 25 y 26.

Ellos vienen solamente en esta fecha a venerar a la chinita, puesto que la mayoría de sus integrantes no viven en la misma ciudad. Es por ello que tampoco ensayan durante el año.

Sus trajes también son bastante especiales y por eso es que llaman la atención de los fieles. Robles dice que simbolizan la pureza de los bailadores, y sus sombreros también tienen un significado especial.

Sin embargo, más aya de la indumentaria que usen, su amor por la virgen es lo que refleja este ritual de sacrificio que realizan cada año, un ritual que los lleva a integrar a un compañero más, sin importar la edad que este tenga.

Cuando llega el 26 en la tarde, el grupo de turbantes emprende su retirada. Ya la tarea esta cumplida, y ahora se prepararán nuevamente durante todo el año para volver a visitar a la