Uno de los momentos más emocionantes que se vive durante la fiesta grande es el cambio de ropa a la imagen de la virgen del rosario de Andacollo, antes de su traslado a la Basílica Menor, el día 23 de diciembre.
Gracias a la voluntad del padre Jesús Pastor, ATV pudo presenciar este momento en exclusiva, luego de 20 años sin haber sido registrado.
Todo comenzó a eso de las 3 y media de la tarde. Acompañado por la madre Andrea, y Angélica Vega, el padre se dirigió hasta el camarín de la virgen. Abrió la reja y la tomó en sus brazos, solo él porque el rector del santuario es el único autorizado para sostenerla de esta manera.
La puso en un banco de madera y los tres afortunados tuvieron la oportunidad de quitarle los atuendos que utiliza durante el año, para cubrirla con estos mantos bordados en oro.
Para ellos, como católicos este es un instante de recogimiento, bastante personal y esperan con ansias todo el año para que llegue este momento.
Una vez desprendido sus trajes, comienzan a instalarle este otro, que fue el que estrenó el año de su coronación en 1901. Es bordado en hilos de oro y lo usó el día solemne de coronación. El padre Jesús Pastor explica que desde entonces se le pone el mismo, como una manera de conservar la identidad.
La imagen de la Virgen llega en 1676, tras reunir reunir $24 de la época equivalente en oro, cuando se envía a construir a Lima y es bendecida el primer domingo de octubre del mismo año. Esta tallada en madera de cedro de estilo clásico limeño policromado, su rostro es ovalado y posee una tierna mirada. Mide 90 centímetros su vestido tallado de la misma madera color rosado y con flores, su manto es azul y lo adornan estrellas doradas.
Este rosario, el bastón y la corona, fueron elaboradas con oro andacollino donado por los mineros de esta ciudad, el cual fue trasladado hasta Francia, donde la prestigiosa casa Bais se encargó de su elaboración el año 1901.
Ya la chinita esta lista para ser entregada al pueblo, que la venerará durante los cinco días que dura la fiesta. Pero antes de entregarla, los seminaristas entraron al salón y elevaron algunas plegarias en idioma latín.
Luego de eso, el padre otra vez la instaló en altar del templo chico, que fue construido con plata repujada, ya lista para que el cacique de los bailes religiosos, la entregue al pueblo que la festeja