miércoles, 14 de noviembre de 2007

Reflexiones

Por Pedro Zepeda, desde Santiago

CON TODAS TUS FUERZAS
Un padre estaba observando a su hijo pequeño que trataba de mover una maceta con flores muy pesada.
El pequeño se esforzaba, sudaba, pero no conseguía desplazar la maceta ni un milímetro.
“¿Has empleado todas tus fuerzas”, le preguntó el padre.
“Sí”, respondió el niño.
“No”, replicó el padre, “aún no me has pedido que te ayude”.